Día Internacional de Internet Segura
Autorregulación publicitaria: responsabilidad y seguridad en la publicidad digital
El número de campañas de publicidad en medios digitales crece de tal manera que en AUTOCONTROL cerca del 45% de los informes de asesoramiento previo que se realizan corresponden a estos medios y alrededor del 50% de las reclamaciones recibidas se refieren también a la publicidad difundida en formatos digitales.
Este es un mercado tan innovador y cambiante, que la seguridad jurídica es fundamental y la autorregulación de la publicidad y las normas de publicidad, establecidas y aplicadas por los organismos nacionales de autorregulación, son una importante contribución a la creación de un Internet mejor y más seguro. Las herramientas de autorregulación de la industria ayudan a asegurar que la publicidad sea veraz y cumpla con la demanda de los consumidores de honestidad, decencia y transparencia.
En Europa, los 27 organismos nacionales de autorregulación (SRO) que, junto con las principales asociaciones de la industria publicitaria, integran la European Advertising Standards Alliance (EASA), y del que AUTOCONTROL forma parte desde 1995, se ocupan de tramitar las quejas de los consumidores, y proporcionan asesoramiento a las empresas antes de la difusión de sus campañas.
En los últimos cinco años, el medio digital ha sido el que más reclamaciones sobre publicidad ha recibido en Europa y los titulares relacionados con la exigencia de que los influencers identifiquen como tal su publicidad captaron con frecuencia la atención de los medios de comunicación. Por ello, los miembros de la red de la EASA, siguiendo las Recomendaciones sobre Buenas Prácticas de EASA en relación con la comunicación del marketing digital y marketing de influencers tienen como objetivo ayudar a que las campañas difundidas en medios digitales se ajusten a las normas y códigos vigentes.
En 2019 dos de los SRO que forman parte de EASA recibieron premios por su trabajo innovador en proyectos pioneros de vigilancia online en los que se aprovecharon las tecnologías de avatares y de la inteligencia artificial para ayudar a que Internet sea más segura para todos los consumidores europeos.